Imagino que a más de un distribuidor le habrá surgido la controversia de firmar con un nuevo socio y cuando le enfocas en el negocio, le haces un plan de acción para poder ganar unos primeros euros que le ayuden a arrancar con balance positivo y sin embargo éste te dice: “déjame que yo voy a ir a mi ritmo” incluso a veces (80%) aderezado con una segunda frase demoledora “déjame que yo lo haré a mi manera”.
La verdad es que me encanta enfrentarme a estas situaciones (morbillo diría yo), porque me resulta tan sorprendente escucharlo que necesito que me lo repitan una y otra vez.
Esa persona que tras 20 años como empresario ha terminado sentándose contigo porque su experiencia, conocimiento… en su sector le han llevado a un situación económica lamentable y pese a todo …“EL LO HARÁ A SU MANERA”, ¿a la manera de los 20 años anteriores?.
¿A que me refiero? Imagínate que mañana contratas a un personal trainner para que te ayude a bajar de peso (15kgr en 3 meses) y cuando te presenta la tabla de ejercicios le dices “espera espera, déjame a mi que yo voy a ir a mi ritmo”. ¡Tu ritmo se llama sobrepeso, rodillas sobrecargadas, agotamiento al subir escaleras…! O soy un bicho raro o aquí rechina algo. ¿Contratas a un personal trainner para que en tres meses te ayude a bajar 15 kilos y ahora le dices que TU vas a ir a tu ritmo?.
Cada negocio (a veces los nuevos olvidan que esto es un negocio) tiene su ritmo, su intensidad, sus ratios de beneficio, sus áreas de influencia, su estrategia y este no es diferente a los demás. Si es verdad que cuando montas un negocio TRADICIONAL (= crisis siglo XXI) los demás no te enseñan a tener éxito, al contrario, si caes ellos suben.
Para que despegue un Jumbo hace falta un impulso, para que arranque una Vespa otro diferente, pero en cualquiera de los casos ambos necesitan un mayor desgaste de energía inicial sin el cual el vehículo no arranca, ¿estamos o no estamos?. El patrocinador del nuevo distribuidor es el que mejor sabe acerca de esa energía inicial para que su patrocinado gane dinero.
¿Más ejemplos? el primer año de carrera en la universidad es el más complicado, los primeros días de gimnasio están llenos de dolores, las primeras clases de guitarra están plagadas de desafinos… y sigo, las primeras bajadas esquiando ¿cuantos sudores te llevaron?. Biennnn creo que ha quedado claro.
En el Network Marketing, los que vivimos de ello, sabemos perfectamente el significado de ese impulso y más aún, el significado de esos primeros BONOS (€€€) DE INICIO que las compañías ofrecen a los nuevos. Si una persona en sus primeros meses no “rasca un euro” caerá como fruta madura en el incomprendido mundo de los que se apuntaron pero no llegaron, o peor aún, se pueden convertir en adictos al negocio “tontos motivados”, que asisten a todas las formaciones y presentaciones… eso si, “solitos” porque ése es su ritmo.
Una razón por la cual en el Network Marketing los que que dicen eso de «yo voy a mi ritmo» es porque la barrera de entrada en nuestro negocio es muy barata, por tanto nunca tendrás al banco recordándote cada mañana que le debes la inversión, tampoco puedes perder tu casa ni precisas sacrificar los ahorros de una vida. Sin embargo los nuevos desconocen que gracias a este negocio «sus sueños se pueden ver cumplidos en cuestión de pocos años».
Si quieres alcanzar el «momentum» en tu negocio, imprímele más esfuerzo y energía hasta que la red funcione, los nuevos distribuidores sepan como lanzar el negocio, cada cual vaya haciendo sus presentaciones, se vayan generando reuniones en las diferntes ciudades, los representantes asuman que es SU negocio y SU responsabilidad, que se elaboren mecanismos de seguimiento entre ellos… eso es cogerle el ritmo, el momentum. Y para llegar ahí necesitas… «el ritmo adecuado».
Yo siempre planteo al nuevo distribuidor una condición innegociable: “si quieres que trabajemos juntos y emplee tiempo y esfuerzo en ti, debes de ser E N S E Ñ A B L E. ¿Por qué soy tan tajante? Porque si él no emplea al inicio la energía suficiente, al final la gastaré yo en convencerle y… eso va a ser que no.
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