Hacer El Amor Menos Que Un Casado

Hacer el Amor menos que un Casado: Esta frase es un dicho popular y cuando preguntes a un casado, desmentirá al refranero diciendo que lo hace “día si y día también”.

¿Se puede mantener viva la llama del primer día?

Lo que ha unido Dios que no lo separe… ¿la cama?. Ya se que le he cambiado los términos al contrato, pero de eso quiero hablar.

Es algo NATURAL señoras y señores, es algo ANIMAL señoras y señores. Y como ya sabéis me gusta tirar mucho de Naturaleza e Historia. En este caso haré de Félix Rodríguez de la Fuente.

“Durante el cortejo, el macho busca la atención de la hembra y para ello arrulla, levanta las alas, alza el pecho mostrando sus vivos colores, marca territorio, hasta que al final la hembra elige al macho más capacitado para perdurar la especie”.

Aquí más de una y de uno dirá: “Paco, te has despistado un poco con el texto”. Pues va ser que no.
Cuando nos mantenemos en fase de “berrea” somos los hombres más atractivos y ellas las mujeres más amorosas, la adrenalina fluye por las venas, la creatividad al poder, el tiempo vuela y las flores eclosionan.

Trascurrida esa fase, con el tiempo la adrenalina disminuye, las flores florecen o no y el amor es cosa de “friquis” y de El Corte Inglés.

Ocurre que el sexo en las parejas de largo recorrido “puede” convertirse en un tema conflictivo. ¿Por qué? Porque pasado un tiempo la cama pasa de ser un nido de amor a un terreno de confrontación.

¿Es el erotismo incompatible con la rutina doméstica? ¿Acaso no estamos hechos para mantener ese nivel de acción siempre con una misma pareja?, ¿significa eso que no estamos hechos para amar hasta el final de nuestros días?.

Mis sesiones de coaching, a veces están marcadas por este problema. Unas veces de forma explícita y otras camuflada con sintomatologías y dificultades sexuales que pueden afectar a uno solo de los miembros, aunque en realidad compete a los dos.

La media de encuentros sexuales por semana en el primer año está en 3,2, en el segundo en 1,9 y en el tercero 1,1 según un estudio realizado en EEUU. ¡Afortunadamente no siguieron investigando!! 🙁

En una encuesta realizada por la sexóloga Valerie Tasso a sus alumnos, donde les solicitaba que aportaran a la clase una imagen, relato o situación donde se reflejase el amor, el resultado fue que de entre los que se atrevieron a contestar, reinaban los encuentros sexuales apasionados cargados de movimiento, ardor guerrero y excéntricas acciones realizadas por los amantes, que ni en sus mejores sueños habrían imaginado.

Esas imágenes no hablaban de amor, sino de amor novelesco. Se trata de un estado de embriaguez bioquímico con gran incidencia en las capacidades de nuestra consciencia (es decir, «berrea»). Los alumnos lo que estaban reflejando en ese momento, era una emoción.

Ninguno de los alumnos relató a dos ancianos de la mano por la calle, o una caricia de un padre a un hijo, o una sonrisa con un beso en la mejilla. Señoras y señores eso Si es amor.

No estoy justificando ni promoviendo el amor sin sexo, pero es que el sexo sin amor tiene caducidad en cuestión de semanas o pocos meses. La razón es clara, el sexo tiene un papel vital en la fase de enamoramiento, pero su importancia es mucho menor en el amor.

Esto resulta complicado de entender, dada la importancia que le damos a la emoción romántica. Por otro lado, no asumirlo suele desembocar en el primer motivo de desengaño cuando empezamos a creernos que, donde hay menos sexo hay menos amor.

La frase de “ya no me acaricias como antes” es una alarma para que “movamos el trasero” nos pongamos en guardia y detectemos dos cosas. La primera es que tu pareja percibe el amor si la tocas (ok?). Si no la tocas ya sabes… Y la segunda es que amar a una persona es recordarle cada día, cada mañana, en cada momento que es importante para ti.

Recurre a los mensajes, las llamadas, las frases, las miradas, los roces, los detalles, recogerla a la salida del trabajo, dedicarle tu tiempo a pasear juntos, … todo eso es AMOR, y aquí la adrenalina no es tan importante como la CREATIVIDAD que utilices en cada momento para recordarle que es la persona más importante de tu vida.

De nada sirve dar por hecho que la otra persona sabe que la quieres. El movimiento se demuestra andando, y el amor… ACTUANDO.

Un abrazo y espero vuestras aportaciones al tema.

Francisco López

Coach Certificado, Formador, Conferenciantes

Curso Online de Liderazgo y Habilidades Directivas